Porque en español las cosas también suenan bien. Porque las traducciones que circulan por la red a veces dejan bastante que desear. Porque muchos de los artistas representados son minoritarios en España y, por lo tanto,necesitan cobertura en castellano. Pasa, disfruta y, si me he equivocado, corrígeme de forma constructiva.
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NOTA: Éste es un espacio totalmente desinteresado y sin ánimo de lucro. Sólo buscamos compartir y difundir nuestras opiniones e inquietudes. Nunca pondremos publicidad, sólo GIFS animados de creación propia con el fin de darle un toque artístico.
¿Reconoces a todas las leyendas de la música popular?. La portada de Allred es fuente inagotable de entretenimiento.
Unos clones extraterrestres llegan a la Tierra huyendo de una raza alienígena que pretende exterminarlos y, contra todo pronóstico, acaban participando en el nacimiento de la música rock. Tal cual.
Esta delirante mezcla de música y ciencia ficción es el punto de partida del cómic de Mike Allred (1997) que narra el nacimiento de las grandes figuras de la música popular entre lisérgicas viñetas de space opera.
De entre este curioso grupito recién llegado a nuestro planeta destaca Red Rocket 7, el séptimo clon, cuyo talento para la música propicia que termine siendo uno de los pilares fundamentales de la escena rock y pop a lo largo de varias décadas, desde Little Richard al rock alternativo de los 90.
La idea de Allred era conformar una trilogía, que se completaría con una película ("Astroesque", 1996) y un disco ("The Gear: Son of Red Rocket 7", 1998) grabado por él mismo y con composiciones propias. Así, "Red Rocket 7" resulta una obra multidisciplinar, en la que el cine, la música y el cómic se unen. De hecho, el disco se llegó a vender conjuntamente con el cómic, a modo de banda sonora para acompañar su lectura.
Led Zeppelin, los Beatles, David Bowie, Bob Dylan, Elvis Presley y muchos más, desfilan por las viñetas del autor estadounidense.
Una sorpresa inesperada que Alos, el coautor de este blog, encontró en unos grandes almacenes y compró ipso-facto.
La portada ofrece horas de diversión, y lo mejor es que incluye un anexo final con los nombres de todos los artistas que aparecen en ella. Lástima que Allred no hiciera lo mismo con todos los artistas dibujados en el interior, así que toca aguzar el ojo.
Si te molan los cómics, la música y las aventuras espaciales, la obra de Allred es de lectura obligada. ¡A nosotros nos encantó!.
Levantamos una torre para ver toda la ciudad.
Ladrillos, hormigón, metal y recuerdos.
Dentro de las rocas y de las piedras,
los espacios se convirtieron en nuestro hogar
Haciéndose eco de discusiones,
el amor me elevó tanto...
Estoy buscando palabras para el final,
Pero levantamos la torre demasiado alto.
Cuando el día finalmente acabe y miremos hacia el cielo,
Sabremos al fin por qué
Llaman amanecer a la mañana,
Y desearé que nos hubiéramos dicho adiós.
Los años vuelan, atrapados, completamente solos en el cielo.
Y tú, más abajo, y todos nuestros seres queridos afuera.
Nuestras palabras salieron mal,
Las intenciones, perdidas en los pasillos,
Ahora lo único que quiero hacer
Es derribar las paredes.
Estoy buscando palabras para el final,
Pero levantamos la torre demasiado alto.
Cuando el día finalmente acabe y miremos hacia el cielo,
Sabremos al fin por qué
Llaman amanecer a la mañana,
Y desearé que nos hubiéramos dicho adiós.
Parece que el último día
Te cruzarás alguna vez en mi camino
Así que perdona si me aferro demasiado fuerte, demasiado fuerte,
Fuerte, fuerte...
Hay una torre, hay una torre,
Hay una torre desmoronándose,
Desmoronándose, desmoronándose, derrumbándose.
Así que cuando el día finalmente acabe,
Sabré la respuesta a por qué
Llaman "luto" a la mañana...
Desearía haber sido capaz de decirte adiós.
Han pasado muchas cosas desde la última vez que actualizamos este blog: R.E.M., la banda de rock más genuina de todos los tiempos, se disolvió, y Michael Stipe se ha colocado un piercing y ha dejado crecer su barba para apoyar a Bernie Sanders; David Bowie y Prince retornaron al planeta del que vinieron, donde, seguramente, sean más felices; Fiona Apple ha vuelto a dejarse ver, aunque sin nuevo disco a la vista; Nicole Atkins ha continuado imparable su trayectoria musical consolidándose como una de las artistas más interesantes dentro del actual panorama musical... El mundo de la música ha seguido girando, como debe ser, y nosotros no hemos estado ahí para contarlo.
Pero lo hemos vivido. Hemos vivido todos los cambios: la degradación de la industria musical (hace cuatro años estaba agonizando, pero ahora está aún peor), las medidas antipiratería, los esfuerzos de Radiohead por adaptarse a los nuevos tiempos en detrimento de su música, cada vez más incomprensible, el ego imparable de Kanye West, la acumulación de premios de Adele y Taylor Swift, la pérdida de la inocencia de Miley Cyrus y las advertencias de una siempre reivindicable Sinead O´Connor, sumida en las aguas turbulentas de su propio drama personal.
También hemos visto morir algunas revistas dedicadas a la música, como la versión impresa de Efe Eme o la edición española de Rolling Stone. Internet se ha convertido en un arma imparable, capaz de alumbrar auténticas maravillas y de asesinar valores y conceptos por igual. Los aspirantes a estrellas de rock, pop, o cualquier otro género, tienen más oportunidades que nunca gracias a la web, una plataforma indispensable para empezar a dar los primeros pasos y hacerse un nombre. Pero, paradójicamente, también lo tienen más difícil. Demasiados grupos, demasiada música.
Se le han dado muchos nombres a este problema: infoxicación (intoxicación informativa), contaminación informativa, sobrecarga informativa...Básicamente, recibimos tal cantidad de información al día que nos resulta imposible procesarla adecuadamente, reposarla, analizarla, aprehenderla. Como resultado, conocemos superficialmente muchas cosas que se olvidan a las pocas horas y a las que no sometemos a una reflexión crítica. Sentirse abrumado por el torrente de datos que los mass media vierten en nuestros dispositivos informáticos es lógico; lo que ya no resulta tan lógico es que hayamos perdido la capacidad de contrastar, profundizar y centrarnos en la información que más nos interese. Y esto ha afectado también a todos esos artistas que se abren su canal de YouTube y cuelgan sus composiciones, porque no son unos pocos: son demasiados.
Uno puede ponerse a investigar en la red para encontrar grupos desconocidos o semidesconocidos de su agrado y volverse loco. ¿Quién tiene tanto tiempo a su disposición?. Nadie. Bueno, quizá los productores musicales y los peces gordos de las discográficas, que pueden ver un filón en algún amateur para moldearlo a su gusto y obtener pingües beneficios. ¿Y en qué músicos van a fijarse estos popes de la industria?. Pues en los que más visitas tengan a su perfil, más "likes" cosechen...etc. Al final, todo se reduce a un concurso de popularidad. Si nos paramos a pensarlo, en el fondo, el nivel de popularidad siempre resultó una baza importante en esto de la música.
Mucha gente tiene 1000 horas de música en su ordenador que jamás escuchará. Discografías de artistas a las que nunca podrá dedicar una escucha reposada, de las que nunca disfrutará en su totalidad. Es la doble cara del fácil acceso que la web nos ha dado a casi todo, la doble cara de la democratización del conocimiento. Tenemos a nuestra disposición más música que nunca. También la disfrutamos menos que nunca.
En Words And Music volvemos con las pilas cargadas. No vamos a quedarnos en la superficie de las cosas; vamos a analizar, a traducir, a explorar, en definitiva, a hacer lo que nos dé la gana, que, casualmente, es lo que más nos gusta: hablar de música.
Como en un cuento de misterio en el que el protagonista comienza relatando cómo se hizo con un polvoriento y añejo documento encuadernado en piel de cabra, así empieza este relato situado a finales de los 80, cuando el mundo moderno aún estaba por definirse, cuando la pasión era pura y los corazones palpitaban con la música.
Poster promocional del gig
Nuestra acción se sitúa en Nassau, Bahamas, y la primera crónica que cayó en nuestras manos lleva la firma deRuck Histhorer, del Biographer, recogida del capítulo 9 de su libro “Misterios No Revelados En La Historia Del Rock&Roll”.
El interior del local, un club privado que contaba con su enorme porción de playa para los clientes, sólo tenía capacidad para unas 900 personas, y más de la mitad eran periodistas especializados. Nadie sabía quién aparecería por el escenario, y las 350 personas que habían conseguido invitaciones gratis en la misma puerta sólo habían oído mencionar al portero que tocaban dos grupos de rock alternativo y que más tarde habría una fiesta en la playa que duraría hasta el amanecer. Y así fue. Unas dos mil personas abarrotaron esa madrugada la playa, y los dos grupos de rock alternativo no eran otros que Pixies y R.E.M., aunque eso no se supo hasta que se encendieron los focos y comenzó una batalla de guitarras y de melodía pura como nunca he vivido.
Altou Hughiesz, del OndaMedia Music, tiene una teoría al respecto:
Aquello fue muy rarito. Dos grupazos como esos yendo de anónimos no tenía sentido. Lo único que se me ocurre es que fuera una estrategia de marketing para lanzar alguna cinta en directo a algo así.
No es el único que piensa que las por entonces discográficas de R.E.M. y Pixies (I.R.S. y 4AD respectivamente) habían orquestado una serie de sesiones conjuntas a modo de show que “se celebrarían entre 1989 y 1991”. Esto fue lo que nos contó Hugandro Alascañas, creador del fanzine musical y deportivo RollerGoler:
Estoy seguro de que existe alguna copia de ese concierto, y que esa copia está en las garras de los cabrones de Warner Bross o Elektra Records. Llámame paranoico, pero me apuesto el huevo izquierdo a que esa noche debía ser la primera de muchas, todas en sábado y a partir de la medianoche, sin previo aviso, así, de repente, en garitos no demasiado concurridos y que no despertaran sospecha para la opinión pública.
¿Y qué crees que pretendían con eso?. Pues grabar varias sesiones de esos monstruos escénicos y luego forrarse. Lo del secretismo, lo de invitar sólo a periodistas especializados de todo el mundo (pero bien escogiditos y premiándoles con la primicia a cambio de no filtrar información hasta la publicación del VHS), representantes de las productoras y a los tres o cuatro capullos que tuvieran la suerte de pasar cerca del club un rato antes de los shows (no desvelándoles quién tocaba y prohibiendo la entrada de cámaras de foto o video) era para crear el hype. De esta forma conseguirían que empezaraa correr el rumor a pequeña escala (acuérdate de que entonces no había Internet, qué viejos somos) que las compañías no confirmarían hasta una sorprendente e inesperada publicación.
Jecky Rochesto, crítico musical de AlternaROCK, respalda esta teoría.
Estuve allí esa noche, tío. Tenía 15 años. Es decir, era un mocoso. Cambió mi vida. No tenía ni puta idea de quiénes eran esos bastardos, pero me hicieron sentir vivo. Me desfasé tanto que alcancé como pude el escenario y les quité el setlist. El cabrón de Frank Black casi me engancha y me cose a hostias, pero estaba tan gordo e iba tan colocado que cuando quiso saltar sobre la gente para perseguirme todos se apartaron por miedo a morir bajo su peso. El que sí me alcanzó fue Peter Buck. Acojonado, iba a devolverle el setlist, pero el muy cabrón me dio una palmada en la espalda y me dijo: “corre gilipollas, que como te pillen los de la discográfica te vas a hacer caquita”.
Con los años, me enteré de que todo era una extraña campaña de marketing con el fin de publicar un video sobre estos shows en los que ambos grupos tocarían sobre todo covers de famosas canciones de la historia del rock, uno o dos temas propios de cada banda interpretados por todos y cuatro o cinco composiciones conjuntas que serían estrenadas en el VHS y que luego podrían tocar por separado. No te diré quién me lo dijo, pero, además, se estaba planeando que hicieran una gira conjunta con un tercer grupo, puede que Nirvana o Sonic Youth, viajando a través del Caribe, la Isla de Pascua, las Maldivas y la Polinesia, y siempre en un escenario junto al mar, para que los videos fueran más “artísticos”.
Éstas son algunas muestras del escasísimo material encontrado de aquella actuación
Fuentes cercanas a las casas discográficas apuntan que el proyecto no llegó a realizarse por incompatibilidad de agendas, por las rencillas de Francis y Deal, y porqueno se llego a un acuerdo definitivo entre Warner y Elektra sobre el reparto de crédito y beneficios y sobre la cantidad a financiar para los desplazamientos y gastos del proyecto. Además, se terminó considerando inviable “que no acabara por filtrarse a la opinión publica antes de la publicación del VHS”.
Recopilamos a continuación las impresiones de otros medios de comunicación que tuvieron el privilegio de presenciar este concierto clandestino.
No he vuelto a ver un concierto así en mi vida. ¿Que estoy exagerando?. Les aseguro que no. (Samantha Thorne, redactora jefe del fanzine “Sonorando”)
No me gustaban los R.E.M., me parecían una pandilla de mocosos. Los Pixies tampoco me volvían loco. Pero estuve esa noche. Y sí, tuve que arrodillarme ante ellos. (Freddie McEnroe, crítico musical de la revista “Bet&Roll”)
Me asusté cuando me dí cuenta de que me había dejado el éxtasis en casa. Yo sin eso nunca voy de concierto, ¿sabes?. Da igual que el grupo me flipe de la hostia, sin eso no disfruto la música en directo. Luego supe que con ellos no hacía falta. Joder, eran la puta crema. (Ben Trapper, director de la revista “Hey, Elvis!”)
Yo me planteé mi sexualidad cuando vi moverse a Stipe. Es el único tío al que me tiraría. (Jimmy Perv, especialista musical del periódico “Are you Ready for the Rock?”).
Francis está muy gordo. Stipe parece sacado de un manicomio. Mills es un empollón repelente. Todos, absolutamente todos, me dan asco. Pero debo admitirlo: aquella noche me olvidé completamente de quién era yo (Amber Dark, directora de la revista “Heavy Metal Power”)
Era mi primer concierto de mis dos grupos favoritos, y además, mi primer reportaje, el que decidiría si me quedaba en plantilla o me iba a la calle. Cuando vi la exclusividad y la suerte que había tenido de poder entrar, casi me muero. Además, literalmente. Empecé a boquear como un pez fuera del agua, y como estaba en primera fila, Kim Deal dejó su bajo un momento, se arrodilló y me puso una pastilla debajo de la lengua. “Toma, que esto lo cura todo”. Me subió al escenario y me acomodó en un lateral. Por obra y magia del Valium volví a la normalidad y vi todo el concierto embobado: no apunté nada, no hice fotos, sólo disfruté de la música. Luego me enrollé con Kim. Me echaron de la revista, pero qué más da. (Josh Pardi, redactor del semanal “Embrace the blues”).
Aquí os dejamos el escasísimo material encontrado, no sin poca dificultad, por nuestro investigador y colaborador Esthero Manolo. Entre otras cosas podemos disfrutar de un mini vignette tráiler de la actuación, un vídeo de 5 minutos de cortes del concierto que supusimos sería el material que iba a editar la discográfica, el póster y una entrada que una misteriosa mujer bahameña le cedió misteriosamente en la esquina de un local llamado Rock Is Alt!.
FOTO DE LA REUNÍÓN EN LA PLAYA
Poster artesanal que se colocó en los aledaños del concierto
Ticket con el nonbre secreto de la actuación:THE REMXIES
Más material editado pero sin concluir del evento
Entre los asistentes y colegas invitados al concierto hay rumores de que en algunas canciones tocaron las siguientes personas:
Matthew Sweet
Peter Holsapple
Bertis Down
Mitch Easter
Jefferson Holt
Steve Wynn
Miembros de la Mano Negra
Patti Smith
Iggy Pop
Paul Butchart
Scott McCaughey
Otras fuentes aún por confirmar sostendrían que también se dejaron ver miembros de Nirvana, Husker Du, un adolescente Thom Yorke, miembros de “la movida Athens” (Pylon, etc) y el magnífico David Bowie.
Algunas indagaciones recientes llevadas a cabo por el citado Esthero Manolo indican que entre algunos de los temas tocados en el setlist figurarían los siguientes cortes:
“Vamos”
“These Days”
“Lighting Hopkins”
“Caribou”
“Pilgrimage”
“9-9”
“Bone Machine”
“In Heaven”
“Harborcoat”
“Pretty Persuasion”
“Tame”
“Welcome to the Occupation”
“Just a Touch”
“Underneath the Bunker”
“Gouge Away”
Estas serían las canciones confirmadas, aunque, como vemos en el corte, suenan otras muchas. Existen indicios de que se tocarían los temas precursores de "Losing my Religion" y "Hey" en una versión arcaica y aún sin pulir (protodemo). Murray Attaway subió al escenario para interpretar "Dead Eyes"junto a Michael Stipe, consiguiendo una armonía vocal que rozaba la perfección, respadada por los coros de Mark Mulcahy. Entre los bises de otros grupos figuraría una interpretación colosal de “House of the Rising Sun” de Animals, un bestial y aceleradísimo cover de “Passenger” de Iggy Pop, una fumadísima “Redemption Song” de Bob Mareley, una versión hippy de “Hey Joe” de Hendrix, un memorable “Subterranean Homesick Blues” de Bob Dylan y la interpretación psicodélica de “Cortez the Killer” de Neil Young.
Estaremos atentos a nuevas filtraciones de información...¿y vosotros?.
Actualización:Recientemente se ha rumoreado que entre los asistentes se encontraría un jovencísimo adolescente por nombre Thom Yorke,y que fue este concierto el que desencadenó su posterior admiración e influencia musical de ambos grupos,especialmente por los de Athens,como es sabido hoy día.
No viste mi tarjeta de San Valentín,
La envié a través de una pantomima.
Mientras estabas observando a otra, Te miré fijamente y me corté a mí misma.
Eso es todo lo que haré porque no soy libre.
Una fugitiva demasiado torpe para huir.
Soy cariñosa, pero inalcanzable.
Un dibujo de naturaleza muerta de un melocotón.
Soy un tulipán en una taza,
No tengo ninguna oportunidad de crecer.
He forjado mi paz, estoy muerta, estoy acabada.
Te observo vivir para divertirme.
Te apoyo, te amo
Lo hice para tener una cita y cenar.
Mis lágrimas aliñaron cada plato.
Intenté bailar pero perdí los nervios.
Me torcí en la curva de aprendizaje.
Soy un tulipán en una taza,
No tengo ninguna oportunidad de crecer.
Estoy resignada a navegar por la estela
de los cuentos que hay sobre tí.